domingo, 13 de mayo de 2007

Los Deseos


SI TE quedas dormido

los deseos se multiplican

como enredaderas en la selva.

Vas de un árbol a otro,

vas de una vida a otra

buscando el fruto sin paz.

Cada vez que te llenas de deseos

tus sufrimientos se multiplican

como una espesa enredadera.

Pero si subyugas tus deseos

las penas se irán resbalando

como gotas de rocío que caen

de la tersa flor de loto.

Éste es un buen consejo para todos:

corta tus deseos como se corta la hierba

desde la misma raíz fragante.

De otra forma la muerte

habrá de golpearte una y otra vez

como el no golpea los juncos.

Pues si las raíces están firmes

un árbol caído se levanta de nuevo.

Si los deseos no se desarraigan

las penas vuelven a aparecer.

Treinta y seis corrientes fluyen hacia ti:

deseos, placer, concupiscencia...

juega con ellas en tu imaginación

y te arrastrará su apasionado oleaje.

¡Poderosas corrientes

que fluyen dondequiera!

¡Enredadera de los deseos!

Si la ves retoñar, ten cuidado:

córtala de raíz con la sabiduría.

Los placeres fluyen por doquier.

El hombre que se deja llevar por ellos

es arrastrado de una vida a otra.

Así corres como liebre perseguida,

acosado por tus propios deseos...

agobiado de una vida a otra.

¡Oh buscador, deja de sufrir!

Abandona de una vez los deseos

y libérate de tus propias cadenas.

Has salido de la oscuridad a la luz,

¿para qué volver a la oscuridad?

Si eres libre, ¿por qué volver a la cárcel?

No es el hierro el que te encadena,

no son cuerdas ni son candados,

sino el deseo que tienes de riquezas,

la pasión por tu mujer y por tus hijos.

Parecen lazos suaves,

¡pero cómo te inmovilizan!

¿Los podrás romper? Hay quien puede.

Hay algunos que renuncian al mundo,

que hacen a un lado los deseos

y se lanzan de lleno al camino.

¡Oh esclavo del deseo!

Te dejas llevar por la corriente...

Así como la araña teje su mortaja,

así se encuentra el hombre

sujeto por sus propios deseos.

Renuncia a tus sufrimientos,

deja el mundo y sigue el camino.

Abandona el pasado.

Abandona el futuro.

Abandona el presente.

Cruza por fin a la otra orilla,

más allá del nacimiento y de la muerte.

El deseo crece en el hombre inquieto

por sus pasiones y su ansia de placer:

si tus antojos se vuelven necesidades

estás labrando tus propias cadenas.

Medita, calma tu mente, reflexiona:

nada en realidad te tiene atado.

¡Puedes romper las cadenas de la muerte!

El que es valiente y fuerte

y puede llegar hasta el final

libre de pasiones y deseos,

ha limpiado la vara de espinas:

éste es su último cuerpo.

Aquel que está libre de deseos

conoce el significado de las palabras:

sabe lo que viene primero

y sabe lo que viene después.

Es un sabio, un santo,

y éste es su último cuerpo.

"La victoria es mía,

me he vencido a mí mismo.

He renunciado a mis deseos

y con toda pureza sigo

el camino del conocimiento.

Soy mi propio maestro."

No hay regalo más grande que la verdad,

y no hay un vino más dulce

ni mayor felicidad que haberse liberado

de las amarguras del deseo.

El necio es su peor enemigo.

Buscando la riqueza se destruye

y destruye de paso a los demás.

Busca mejor la otra orilla.

La maleza es el veneno de los campos

y la ignorancia es el veneno del hombre.

La cizaña destruye los campos

y la pasión destruye al hombre.

Honra a aquellos que viven sin desear,

sin odio, sin pasión, sin ilusiones.

Honra a aquellos que viven sin error

y recibirás a cambio mucho más.










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Tomado del Dhammapada

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Ahí está el secreto, ya lo sabes y sigues distraído

Ya lo sabes y sigues vacilando

Pero vas bien, ya sabes de que esta hecho este mundo

Ahora sólo debes vigilar, de día y de noche

Y nada ni nadie será capaz de robarte la libertad.

Josef



3 comentarios:

Josef dijo...

Yo mientras tanto continúo subiendo,
aunque a veces pierdo el equilibrio y caigo en el polvo
Pero una vez que se ha visto de que está hecho no es fácil comérselo
por eso tengo confianza, ya no quiero quedarme a comer
Me levanto de nuevo y subo cada vez más alto
Un día de estos no volveré a tocar tierra...

Jhon dijo...

Es cierto, liberarse de los deseos. Una cosa es saberlo, otra entenderlo y la más dificil llevarlo a cabo. Yo espero no volver a caer, pero me queda el consuelo que caer no es alejarse del camino sino que todo hace parte del recorrido.

Al igual que Jose, confio en que muy pronto no caiga sino que esté libre volando por los aires.

Adrian dijo...

Desear... no es una condicion inherente del hombre, pero somos influenciados desde temprana edad por nuestras familias, por nuestros amigos y por la sociedad... Eliminar ese tipo de pensamientos de nuestro ser no es tarea fácil, y espero de alguna forma vivir tranquilo